sábado, 1 de octubre de 2011

Futuras mamás: un tip interesante.


En este post, te presentamos un artículo que podrás incluir en el bolso que estás preparando para el Gran Momento: las bombachas descartables.
Luego del parto, es normal que aparezcan pérdidas. Por supuesto, para ellas están los apósitos, pero, si ya has hablado con tu obstetra del tema, te habrá advertido sobre la necesidad de llevar unas cuantas prendas de ropa interior. Todas conocemos esas molestias: a veces, por más apósitos que llevemos, ocurren los desbordes.
Por eso, para que no tengas que estar preocupándote por quitar manchas o enviar a la basura la ropa interior que pueda resultar perjudicada, existen las bombachas descartables. Una opición practiquísima e interesante, para que, en medio de ese momento tan especial, tengas algo menos de que preocuparte, u ocuparte.
Confeccionadas en material hipoalergénico, son completamente seguras, y vienen preparadas específicamente para el uso post-parto, por lo cual, su diseño se adapta perfectamente para contener el apósito y evitar desbordes.
Así que, si estás armando tu bolso, desde acá, te mostramos este tip que te puede resultan interesante.

miércoles, 1 de junio de 2011

¡A COMEEEEER!

Durante los primeros meses de vida, el bebé va a alimentarse exclusivamente de leche, preferentemente materna.
Ya todos conocemos los beneficios de la lactancia materna: ésta es la indicada; precisamente, está "fabricada" exclusivamente para él y le aporta los nutrientes necesarios, que lo protegen de varias enfermedades. Dar el pecho también ayuda a la mamá, ya que de esta manera el útero recupera su tamaño con más rapidez.
Por supuesto, que no siempre la mamá puede amamantar a su niño. En este caso, vienen leches especiales para los primeros meses de vida.
Pero, ¿qué pasa cuando llega la hora de la primera papilla?
Alrededor de los 5 o 6 meses, el bebé ya va a estar listo y va a necesitar la incorporación de otros alimentos para completar su crecimiento y nutrición. Más allá de la ansiedad que puede generar este momento, no hay que apurarse, y se deben escuchar todas las recomendaciones que nos hace el pediatra.
La primer comidita del niño, inicia una etapa en la que estaremos acostumbrándolo a la incorporación de estos alimentos semisólidos. Le podemos preparar purés de verduras como papa, zanahoria, zapallo; o de frutas, como manzana y banana. Según varios pediatras, conviene comenzar con las verduras, ya que, de esta manera,el bebé se irá acostumbrando a sabores que no son dulces, y será más fácil que acepte luego otros alimentos.
Es importante tener en cuenta que la correcta alimentación es un hábito, y que podemos comenzar a generarlo en nuestro niño desde el principio.
El horario debe ser aquel en el que la mamá o el papá, o quien vaya a alimentarlo, estén tranquilos, con tiempo y relajados.
Luego de esta primera etapa, se irán incorporando otros alimentos, como flanes, postrecitos, cereales, carnes rojas y blancas bien cocidas. Hay que tener en cuenta que hay ciertas comidas que pueden producir alergia, como el pescado, la frutilla, el huevo, por lo cual no es conveniente que nuestro niño los ingiera hasta después del año. Por otro lado, tampoco es aconsejable darle miel, ya que ésta, si es fresca y sin pasteurizar, puede transmitir enfermedades.
Por supuesto que siempre hay que consultar al pediatra. Él es quien sabe y quien conoce a nuestro niño, y nos guía y acompaña en esta hermosa etapa.

martes, 17 de mayo de 2011

La panza de mamá.


La llegada de un nuevo hermanito, es, por supuesto, todo un acontecimiento. Pero, a veces, los papás, no saben cual es la forma correcta de actuar ante el niño. ¿Cuándo contarle?, ¿cómo contarle?, ¿hay que prepararlo de alguna manera?
Por supuesto que aparecer de un día para otro con un bebé en la casa no es lo aconsejable, y, según la edad del niño, se lo puede involucrar en mayor o menor medida en la llegada de su hermanito.
Si se trata de un peke muy pequeño, no va a darse cuenta de la situación, incluso aunque vea a su mamá bastante más panzona. En cambio, si ya pueden comprender, notarán el cambio y la "revolución" en el hogar. Entonces, y en la medida que la curiosidad del niño lo requiera, es importante integrarlo a esta etapa.
Es aconsejable hablarles del embarazo luego de que pasa el período de riesgo de pérdida, explicandole sencillamente la situación. Se pueden compar libros con ilustraciones de las distintas etapas del embarazo, e ir siguiendo la evolución de su hermanito a través de esas imágenes. También ayuda mostrarle fotografías del embarazo de su mamá cuando lo estaban esperando a él, y de sus momentos de bebé, contándole como fueron esos tiempos, los cuidados que requería, anécdotas.
Es probable que la mamá esté más cansada, que sufra cambios de humor, y que, a veces, se encuentre en dificultades para atender como antes a su pequeño. Esto también es importante conversarlo con el niño, para que pueda comprender el cambio que está viviendo su mamá, y lo que éste implica para ella.
Cuando la panza esté más grande, se lo puede incentivar a que hable con su hermanito, que, para este tiempo, es probable que, incluso, ya tenga el nombre elegido. Contándole que el bebé escucha las voces desde allí dentro, el niño se sentirá feliz de hablarle o cantarle sus canciones preferidas.
Por supuesto, la llegada del bebé va a producir el mayor cambio, y es una buena idea informarle al niño lo que va a ocurrir: una nueva personita, indefensa, que probablemente llorará mucho y a cualquier hora, y que va a requerir atenciones, pronto se hará presente en el hogar. Los papás pueden contarle, también, como lo cuidaban a él cuando era un bebé pequeño.
Es importante respetar los tiempos del niño y el nivel de curiosidad que experimenta. No es necesario hablarle todo el tiempo del bebé que va a llegar, sino hacerlo moderadamente, y en la medida que él vaya preguntando.
Es probable que aparezcan los celos, pero el haber hablado claramente con él, integrándolo a este momento, podrá ayudar a que el cambio no sea tan difícil. Y pronto habrá dos amigos inseparables correteando por las habitaciones de la casa.

jueves, 14 de abril de 2011

El sueño del bebé.


El bebé no duerme. Lo ponemos en la cuna, abre sus ojitos, la boquita... y comienza el llanto. Un llanto que, por supuesto, haría perder la paciencia a cualquier santo. Estamos cansados, es tardísimo, mañana hay que levantarse para trabajar, hace días que no dormimos...
¿Qué hacer entonces?
Existen dos teorías principales, desde las que se derivan otras intermedias. Una de ellas considera que, ante esta situación, de ninguna manera hay que levantar al bebé. sino, dejarlo llorar, no ceder a sus demandas; de ésta manera aprenderá. La otra, propugna, por el contrario, que debemos darle todo el cariño que el niño requiere; si llora, es porque nos necesita y debemos levantarlo, abrazarlo, consolarlo, y, cuando se le pase el berrinche, intentarlo nuevamente.
La primer teoría fue explicada en el libro conocido como "Duermete niño", o el método Estivil, y, según su autor y varios de sus seguidores, el resultado es asombroso: en más o menos una semana, el niño comenzará a dormir plácidamente toda la noche. Claro, para llegar a ese resultado, hay que tener sangre fría y nervios de acero, durante ese tiempo, el niño va a llorar, sino toda la noche, una gran parte de ella. En consecuencia, muchos padres y especialistas, hicieron oir sus opiniones en contra de esta forma de educar el sueño del bebé, considerando que el método es demasiado cruel, y, si termina resultando efectivo, esto es porque el pequeño, a la larga, entiende que nadie va a acudir ante su llanto, lo que no significa que ya no necesite el cariño de sus padres. Dentro de este último grupo se han enrolado los lectores de "Dormir sin lágrimas", de Rosa Jové, y "Bésame mucho", de Carlos Gonzalez, entre otros. Partidarios de la educación a través del amor, la paciencia y la contención, estos autores hacen incapié en atender primordialmente a las necesidades del niño, brindarle todo el cariño que éste requiera, a fin de afianzar los lazos con sus padres y que, de esta manera, no deba enfrentarse con la angustia de sentirse "abandonado". Incluso, hay quienes llegan a sostener que no es malo que el bebé duerma en la cama con sus padres.
Queremos saber tu opinión: ¿estás de acuerdo con el método "Duérmete niño?
Escribinos un mail a lospekes.info@gmail.com y dejanos tu opinión si estás de acuerdo o no; y, si querés contarnos tu experiencia, ¡mejor!
Como siempre, ¡¡¡¡vamos a realizar un sorteo entre todos los que participen!!!!

martes, 12 de abril de 2011

En primera persona: la historia de Celeste (mamá antes de tiempo).

Hola, mi nombre es Celeste, y mi historia como mamá comenzó hace bastante tiempo, cuando todavía era demasiado chica para andar pensando en eso.
Había terminado el secundario y estaba dando mis primeros pasos en la facultad, cuando me enteré que estaba embarazada. Fue una sorpresa, de niguna manera eso estaba en mis planes, ni en los de mi novio. Él es un par de años mayor que yo, y, en ese momento estaba en plena etapa de estudio en su carrera. Pasado el primer momento de "shock", nos invadió una mezcla de susto y alegría, cuando nos decidimos a embarcarnos en la aventura de ser papás. Es verdad, no había sido planeado, pero las cosas pasan por algo y convenimos que esa sorpresa era algo que llegaba para hacer mejor nuestras vidas. Por supuesto, nuestras familias protestaron un poco, pero, finalmente, se pusieron contentos también.
Mi novio se buscó un trabajo, y eso llevó que se atrasara un poco en sus estudios. Fue difícil para él, pero, finalmente, lo logró. Y recibir su diploma con nuestro niño de testigo, fue algo emocionante.
Por mi parte, tampoco la tuve fácil. El primer tiempo, entre mis nervios de madre primeriza que nunca había cambiado un pañal, y el cursado de mis materias con nauseas y cansancio, fue bastante duro. Cuando mi bebé nació, tuve que dejar un tiempo los estudios, no dormía de noche, le daba la teta cada tres horas, y estaba completamente dedicada a él. En eso reconozco que fui afortunada, ya que mi familia y la de mi novio nos apoyaron económicamente. Finalmente, cuando mi bebé pudo comenzar el maternal, yo pude continuar con mis estudios y, si bien aún estoy terminando de rendir finales, no pierdo la esperanza de pronto recibirme.
Es verdad, ser mamá "antes de tiempo" es un lío (si bien con mi novio tuvimos suerte de contar con el apoyo de nuestras familias), pero ver a mi hijo, poder disfrutarlo con las energías de mi edad y saber que todavía voy a ser joven cuando crezca, que me haya acompañado en momentos inolvidables, juntos en la aventura de vivir entre libros y mamaderas, examenes y pañales..., es algo que no cambiaría por nada.
En realidad, creo que no hay un tiempo en especial para tener un hijo, que el tiempo justo es cuando él decide llegar a nuestras vidas.
Gracias por darme un lugarcito para contar mi experiencia.
Celeste.


Si querés hacer como Celeste o Isabel y contarnos tu historia, ¡escribinos! Esperamos tu historia en nuestra dirección de mail: lospekes.info@gmail.com.

martes, 5 de abril de 2011

El bebé prematuro.

Es el que nace antes de las 37 semanas de gestación. Los problemas de este bebé se centran en la dificultad para adaptarse al medio extrauterino por su inmadurez y su bajo peso, ya que el mayor crecimiento se experimenta en las últimas 8 semanas de embarazo. Cuanto más pequeño e inmaduro, mayores son los riesgos de enfermedades del bebé.
Los sistemas respiratorio, nervioso, digestivo, renal, inmunológico y la visión pueden estar comprometidos, siendo el respiratorio uno de los más afectados. Los pulmones, para poder funcionar correctamente y realizar el intercambio de oxígeno hacia los tejidos del bebé, necesitan una sustancia llamada surfactante, que impide el colapso de los alvéolos pulmonares. El bebé prematuro tiene poco surfactante y esto le impide llenar sus pulmones con el aire ambiental. A este problema se lo denomina síndrome de membrana hialina. Básicamente el bebé no puede expandir sus pulmones y respirar por sí solo. Se le debe administrar surfactante artificial y soporte respiratorio con aparatos especiales.
El aspecto físico de los bebés prematuros es característico. Presentan una cabeza grande, desproporcionada con respecto a las extremidades, tienen una piel muy fina y brillante que transparenta las venas y arterias superficiales, la masa muscular es pobre, con las palmas de las manos y plantas de los pies enrojecidos y con pocos surcos. Los genitales están poco desarrollados con los testículos todavía sin descender hacia el escroto y en las niñas, los labios mayores no cubren a los menores.
El cuidado posterior al nacimiento no puede realizarse en casa ya que necesitan atención especializada, brindada por personal entrenado, y vivir en una cunita particular llamada incubadora. Esta actúa como un útero transitorio del bebé que lo mantiene con el calor necesario (tiene una temperatura constante de 30 grados y una humedad de 80-90%).
El alimento ideal es la leche materna, preparada para aportarle al bebé los elementos nutritivos y anticuerpos que todavía no puede generar. Por lo general el bebé no tiene la fuerza necesaria para succionar y debe ser alimentado por un tubito llamado sonda naso-gástrica que se acopla a una jeringa que contiene leche materna extraída con un sacaleche.
Es importante es valorar el tono muscular, estado de alerta, y respuesta a distintos estímulos. Los padres deben ser pacientes, los bebés prematuros son especiales y tienen su propio ritmo de adaptación. La mejor forma de ayudar al bebé es demostrarle amor, acompañándolo, hablándolo, permitiendo que perciba su presencia con todos los sentidos.

Cuando el bebé puede respirar sin ayuda y llega a un peso adecuado, no necesita del calor de la incubadora, puede alimentarse por succión y si no existen otros problemas, estará en condiciones para darle el alta.
En casa hay que extremar las medidas de higiene, evitar cambios bruscos de temperatura, vigilar la alimentación y el peso y evitar el contacto con mucha gente, que puede ser portadora de gérmenes que afecten al bebé.

sábado, 26 de marzo de 2011

¡Cuidado! Bebé suelto en casa...

El bebé empezó a gatear, o a dar sus primeros pasos. La casa es un mundo nuevo lleno de divertidas experiencias y posibilidades. Y claro, la fuente de agua que tan linda queda en aquel rincón, los sahumerios arriba de la mesita de luz, el cenicero de cristal que pertenecía a la abuela, el jarrón de cerámica que nos trajo la tía de su viaje a Perú..., son todas cosas que, pensando en la conservación de las mismas y en la integridad de nuestro bebé, tendremos que dejar bien guardados durante un tiempo. O, al menos, colocarlos a una altura suficiente como para que el pequeño no llegue a alcanzarlos.
Por supuesto, la seguridad de nuestro bebé es lo más importante, y mientras vamos dándonos cuenta que nuestra casa necesita ser completamente redecorada, sin caer en soluciones extremistas, ni en la locura, debemos tener en cuenta que existen numerosos artículos que nos pueden ayudar a sobrellevar esta etapa lo más tranquilos y seguros posibles. No necesitamos levantar todos los objetos para después andar necesitando una escalera, ni tampoco "perseguir" a nuestro pequeño aturdiéndolo con gritos de alarma cada vez que se acerca al enchufe dle televisor. Pero sí, contamos con estos elementos que nos van a simplificar la vida mientras nuestro bebé inicia su etapa de explorador:
-Tapas para enchufes: vienen de plástico, y se colocan tapando las aberturas de los tomacorrientes.
-Puertitas de seguridad: para colocar en las escaleras (ambos extremos), o para cerrar áreas donde el niño podrá moverse sin salir de ella. En general, son muy prácticas, ya que se pliegan sobre sí mismas, no ocupan espacio y son de muy fácil instalación y remoción.
-Punteros para redondear: las mesas con puntas suelen ser peligrosas, ya que un golpe contra ellas puede lastimar seriamente al bebé. Existen punteros de plástico y silicona para colocar muy fácilmente sobre esas esquinas, a fin de redondearlas y suavizarlas.
-Trabas de seguridad: vienen para todos los lugares imaginables: inodoros, heladeras, alacenas, hornos, hornallas. También son de muy fácil colocación, y, por supuesto, evitan que el niño abra cualquier puerta, o, incluso, pueda manipular las hornallas de la cocina.
-Protector para dedos: para evitar que una puerta que se cierra lastime los dedos de nuestro bebé, existe este artículo, que se coloca simplemente en el canto de la puerta y salva cualquier manito indiscreta.
Ahora sí, la casa está preparada, nosotros tranquilos y nuestro niño lleno de curiosidad.
¡A explorar tu mundo bebé!