jueves, 14 de abril de 2011

El sueño del bebé.


El bebé no duerme. Lo ponemos en la cuna, abre sus ojitos, la boquita... y comienza el llanto. Un llanto que, por supuesto, haría perder la paciencia a cualquier santo. Estamos cansados, es tardísimo, mañana hay que levantarse para trabajar, hace días que no dormimos...
¿Qué hacer entonces?
Existen dos teorías principales, desde las que se derivan otras intermedias. Una de ellas considera que, ante esta situación, de ninguna manera hay que levantar al bebé. sino, dejarlo llorar, no ceder a sus demandas; de ésta manera aprenderá. La otra, propugna, por el contrario, que debemos darle todo el cariño que el niño requiere; si llora, es porque nos necesita y debemos levantarlo, abrazarlo, consolarlo, y, cuando se le pase el berrinche, intentarlo nuevamente.
La primer teoría fue explicada en el libro conocido como "Duermete niño", o el método Estivil, y, según su autor y varios de sus seguidores, el resultado es asombroso: en más o menos una semana, el niño comenzará a dormir plácidamente toda la noche. Claro, para llegar a ese resultado, hay que tener sangre fría y nervios de acero, durante ese tiempo, el niño va a llorar, sino toda la noche, una gran parte de ella. En consecuencia, muchos padres y especialistas, hicieron oir sus opiniones en contra de esta forma de educar el sueño del bebé, considerando que el método es demasiado cruel, y, si termina resultando efectivo, esto es porque el pequeño, a la larga, entiende que nadie va a acudir ante su llanto, lo que no significa que ya no necesite el cariño de sus padres. Dentro de este último grupo se han enrolado los lectores de "Dormir sin lágrimas", de Rosa Jové, y "Bésame mucho", de Carlos Gonzalez, entre otros. Partidarios de la educación a través del amor, la paciencia y la contención, estos autores hacen incapié en atender primordialmente a las necesidades del niño, brindarle todo el cariño que éste requiera, a fin de afianzar los lazos con sus padres y que, de esta manera, no deba enfrentarse con la angustia de sentirse "abandonado". Incluso, hay quienes llegan a sostener que no es malo que el bebé duerma en la cama con sus padres.
Queremos saber tu opinión: ¿estás de acuerdo con el método "Duérmete niño?
Escribinos un mail a lospekes.info@gmail.com y dejanos tu opinión si estás de acuerdo o no; y, si querés contarnos tu experiencia, ¡mejor!
Como siempre, ¡¡¡¡vamos a realizar un sorteo entre todos los que participen!!!!

martes, 12 de abril de 2011

En primera persona: la historia de Celeste (mamá antes de tiempo).

Hola, mi nombre es Celeste, y mi historia como mamá comenzó hace bastante tiempo, cuando todavía era demasiado chica para andar pensando en eso.
Había terminado el secundario y estaba dando mis primeros pasos en la facultad, cuando me enteré que estaba embarazada. Fue una sorpresa, de niguna manera eso estaba en mis planes, ni en los de mi novio. Él es un par de años mayor que yo, y, en ese momento estaba en plena etapa de estudio en su carrera. Pasado el primer momento de "shock", nos invadió una mezcla de susto y alegría, cuando nos decidimos a embarcarnos en la aventura de ser papás. Es verdad, no había sido planeado, pero las cosas pasan por algo y convenimos que esa sorpresa era algo que llegaba para hacer mejor nuestras vidas. Por supuesto, nuestras familias protestaron un poco, pero, finalmente, se pusieron contentos también.
Mi novio se buscó un trabajo, y eso llevó que se atrasara un poco en sus estudios. Fue difícil para él, pero, finalmente, lo logró. Y recibir su diploma con nuestro niño de testigo, fue algo emocionante.
Por mi parte, tampoco la tuve fácil. El primer tiempo, entre mis nervios de madre primeriza que nunca había cambiado un pañal, y el cursado de mis materias con nauseas y cansancio, fue bastante duro. Cuando mi bebé nació, tuve que dejar un tiempo los estudios, no dormía de noche, le daba la teta cada tres horas, y estaba completamente dedicada a él. En eso reconozco que fui afortunada, ya que mi familia y la de mi novio nos apoyaron económicamente. Finalmente, cuando mi bebé pudo comenzar el maternal, yo pude continuar con mis estudios y, si bien aún estoy terminando de rendir finales, no pierdo la esperanza de pronto recibirme.
Es verdad, ser mamá "antes de tiempo" es un lío (si bien con mi novio tuvimos suerte de contar con el apoyo de nuestras familias), pero ver a mi hijo, poder disfrutarlo con las energías de mi edad y saber que todavía voy a ser joven cuando crezca, que me haya acompañado en momentos inolvidables, juntos en la aventura de vivir entre libros y mamaderas, examenes y pañales..., es algo que no cambiaría por nada.
En realidad, creo que no hay un tiempo en especial para tener un hijo, que el tiempo justo es cuando él decide llegar a nuestras vidas.
Gracias por darme un lugarcito para contar mi experiencia.
Celeste.


Si querés hacer como Celeste o Isabel y contarnos tu historia, ¡escribinos! Esperamos tu historia en nuestra dirección de mail: lospekes.info@gmail.com.

martes, 5 de abril de 2011

El bebé prematuro.

Es el que nace antes de las 37 semanas de gestación. Los problemas de este bebé se centran en la dificultad para adaptarse al medio extrauterino por su inmadurez y su bajo peso, ya que el mayor crecimiento se experimenta en las últimas 8 semanas de embarazo. Cuanto más pequeño e inmaduro, mayores son los riesgos de enfermedades del bebé.
Los sistemas respiratorio, nervioso, digestivo, renal, inmunológico y la visión pueden estar comprometidos, siendo el respiratorio uno de los más afectados. Los pulmones, para poder funcionar correctamente y realizar el intercambio de oxígeno hacia los tejidos del bebé, necesitan una sustancia llamada surfactante, que impide el colapso de los alvéolos pulmonares. El bebé prematuro tiene poco surfactante y esto le impide llenar sus pulmones con el aire ambiental. A este problema se lo denomina síndrome de membrana hialina. Básicamente el bebé no puede expandir sus pulmones y respirar por sí solo. Se le debe administrar surfactante artificial y soporte respiratorio con aparatos especiales.
El aspecto físico de los bebés prematuros es característico. Presentan una cabeza grande, desproporcionada con respecto a las extremidades, tienen una piel muy fina y brillante que transparenta las venas y arterias superficiales, la masa muscular es pobre, con las palmas de las manos y plantas de los pies enrojecidos y con pocos surcos. Los genitales están poco desarrollados con los testículos todavía sin descender hacia el escroto y en las niñas, los labios mayores no cubren a los menores.
El cuidado posterior al nacimiento no puede realizarse en casa ya que necesitan atención especializada, brindada por personal entrenado, y vivir en una cunita particular llamada incubadora. Esta actúa como un útero transitorio del bebé que lo mantiene con el calor necesario (tiene una temperatura constante de 30 grados y una humedad de 80-90%).
El alimento ideal es la leche materna, preparada para aportarle al bebé los elementos nutritivos y anticuerpos que todavía no puede generar. Por lo general el bebé no tiene la fuerza necesaria para succionar y debe ser alimentado por un tubito llamado sonda naso-gástrica que se acopla a una jeringa que contiene leche materna extraída con un sacaleche.
Es importante es valorar el tono muscular, estado de alerta, y respuesta a distintos estímulos. Los padres deben ser pacientes, los bebés prematuros son especiales y tienen su propio ritmo de adaptación. La mejor forma de ayudar al bebé es demostrarle amor, acompañándolo, hablándolo, permitiendo que perciba su presencia con todos los sentidos.

Cuando el bebé puede respirar sin ayuda y llega a un peso adecuado, no necesita del calor de la incubadora, puede alimentarse por succión y si no existen otros problemas, estará en condiciones para darle el alta.
En casa hay que extremar las medidas de higiene, evitar cambios bruscos de temperatura, vigilar la alimentación y el peso y evitar el contacto con mucha gente, que puede ser portadora de gérmenes que afecten al bebé.