lunes, 14 de febrero de 2011

ABRAZOS DE OSO QUE NOS GUSTAN Y HACEN BIEN

Un buen abrazo es algo que nos gusta a todos. Nos reconforta, nos hace sentir queridos, nos da seguridad, y nos alivia en los momentos malos. Para nuestos niños, además, el contacto físico es sumamente importante. Un lindo abrazo los tanquiliza ante un mal sueño, un golpe, algo que les da miedo..., y está comprobado también que los efectos de este mimo duran más allá del momento, brindando seguridad y arraigo al niño que los recibe. El efecto es sumamente notable en los bebés prematuros: los que tienen contacto físico con su mamá, que los abraza fuera de la incubadora, aumentan más rápido de peso y reciben antes el alta.
Un niño con una buena base afectiva, está mejor preparado para enfrentar los vaivenes de la vida. No solamente necesita palabras de aliento o de cariño, sino que, además, es fundamental reforzarlas con el contacto físico: el abrazo, la palmada, la caricia. El niño que se sabe y se siente querido enfrenta mejor las presiones externas, tiene más confianza en sí mismo, se acepta mejor, y adquiere más seguridad.
Entonces, ¿qué esperamos? ¡Abracemos fuerte a nuestros Pekes! No sólo les estamos demostrando cuánto los queremos, sino que los estamos fortaleciendo. Y, de paso, atesoramos juntos lindos momentos.

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